domingo, 26 de febrero de 2012

Un mes mas tarde...

... le quité las telarañas al teclado para descubrir, ¡oh, infausto destino!, que una de las teclas no funcionaba. ¿Cómo escribir con semejante contratiempo?
Iba a necesitar de todo mi ingenio y de mis capacidades literarias al completo para poder compartir mis ideas sin necesidad de una letra del alfabeto. Si mi ingenio me fallaba (lo que era posible) y mis capacidades literarias  se quedaban cortas (lo que era posible) iba a tener que divagar.
Tenía claro que no iba a recurrir a trucos ni recursos fáciles como sustituir palabras imposibles de teclear por sinónimos desconocidos encontrados en el diccionario. Iba a tener que enfrentarme a este giro de los acontecimientos por mi cuenta y riesgo, sin ayudas externas.
Sin olvidar que en unos minutos comenzaba un partido de basket que quería ver, así que tampoco me dejaba a mi mismo demasiado tiempo que perder pensando en circunloquios para sustituir esas palabras con la letra maldita.
En realidad lo único que tenía claro es que el tema que iba a tratar era precisamente el que estáis leyendo y que me traía por la calle de la amargura: cómo afecta esta limitación a un proyecto de escritor ya de por si limitado.
Sin embargo, y apenas sin darme cuenta, fui consciente de que había sido capaz de contar mi problema, si bien no de forma extensa, al menos de forma compacta, un adjetivo que en este caso no parece demasiado positivo pero que, personalmente, me conforta.
Y así fue como superé el bache: escribiendo sobre el bache sin caer en el bache.
Suficiente

Un texto esquivando el uso de la uve doble, puedo estar orgulloso.

Saludos