domingo, 30 de junio de 2013

Lluvia

Esos momentos en los que escupir no es suficiente. Las ideas, los sentimientos, se acumulan y se atoran hasta no poder salir. La única terapia es plasmarlos negro sobre blanco.
La lluvia, purificadora, ayuda. Limpia y acompaña un estado que, no por inesperado, deja de arañar.
Cada no es doloroso, a veces siendo inmerecido e indeseado. Situaciones que no controlas y que todos los interesados querrían cambiar pero no se atreven.
Pero entonces caminas bajo la lluvia, y la música (siempre la música) te recuerdan que nada es tan doloroso ni tan triste; que aunque no aprendas, recordarás; y que mañana, seguramente no más brillante ni más soleado, seguirás siendo la persona orgullosa de ser como eres que siempre has sido.

La sonrisa con la que releo lo escrito se convierte en un bostezo.
Otras tres c's: contento, cansado y consciente.

Un día después no llueve y la sonrisa no se borra de mi cara. Para bien o para mal, todo está hecho. Marcharé de aquí con más cosas de las que llegué. También quizá mejor, quizá distinto de como llegué.

Siempre me gustará la lluvia...


Saludos

jueves, 27 de junio de 2013

Nuestra canción (Relato)

Recuerdo perfectamente el momento en el que, sin necesidad de palabras, decidimos que esa iba a ser nuestra canción.
Íbamos en mi coche camino a su casa. Era una de nuestras primeras citas, y la primera vez que la llevaba en coche. Yo estaba un poco nervioso porque era mi música la que sonaba a través de los altavoces y podía averiguar, por las caras que ponía, que nuestros gustos estaban bastante alejados.
-Si no te gusta la música puedes cambiar la canción. O podemos poner la radio.
-No, está bien. Yo escucho de todo.
Ahí estaba el famoso Yo escucho de todo: la mítica frase que se dice cuando no quieres hablar de la música que escuchas. Estaba claro que no quería definirse en su gusto totalmente distinto del mío para no poner una distancia entre nosotros de buenas a primeras. Eso me dejó un poco preocupado.
Pero entonces llegó la canción que salvó el día.
Era una de esas canciones que empecé a escuchar siendo adolescente, de esas que ayudan a construir tu gusto musical y que sigues llevando en tu reproductor de mp3 en parte por nostalgia y en parte porque sigues adorando esa canción. Una de esas canciones que descubrías en la MTV cuando todavía era un canal de música o en la VIVA alemana porque era el canal de música que había en todos los satélites de las comunidades de vecinos.
Cuando empezaron a escucharse los primeros acordes una sonrisa iluminó su cara.
-¡Conozco esta canción! Mi hermano la ponía a todas horas en mi casa cuando era más joven. Me encanta...
Todos los nervios, toda la preocupación se desvanecieron.
Los gustos darían igual, solo necesitaríamos buscar los puntos de conexión. Y ese era un viaje que los dos queríamos comenzar y para el que ya teníamos banda sonora.

Ahora que esa historia se acabó, siempre que aleatoriamente vuelvo a escuchar esa canción me acuerdo de ella, de los buenos ratos y de los no tan buenos. Siempre será nuestra canción.


Saludos

lunes, 24 de junio de 2013

lunes, 17 de junio de 2013

Graznido: Para las parejas...









Para las parejas, el problema no ha sido la distancia, sino la sensación de libertad sin consecuencias.









viernes, 14 de junio de 2013

XC

-"Amar hasta que duela es buena señal, cuando recibes lo que has dado"  Freshmakers - Deudas con el karma con Melanie Rutherford

-"Y harto de beber mis penas rompí el vaso hacia el amor, derramé gotas de sangre y del suelo nació una flor, la posé junto a mi pecho, la abracé y le di calor y apreté tan fuerte luego que la flor se marchitó"  D'Callaos - Siempre quise

-"Don't you see what I am, see what I'm doing. This is my life, don't you see what I've ruined. Drown my gift, try my fate. Forgot my dream I lost my way"  Omar LinX - Cowboy

-"La cuenta de resultados de una empresa se puede comparar a un bikini: lo que revela es interesante, pero lo que oculta es vital"  Burton G. Malkiel - Un paseo aleatorio por Wall Street


Saludos

jueves, 13 de junio de 2013

Esquinado (Relato)

Agobiado por la multitud que le rodeaba, Javier se escudó en una esquina esperando a que la fiesta terminase o a que sus amigos, a los que hacía rato no veía pero confiaba en que siguiesen por allí, estuviesen tan cansados o tan borrachos como para decidir volver a casa.
Muchas caras a su alrededor le eran familiares: compañeros de facultad y amigos de conocidos a los que ya había visto en ocasiones como esta. Sin embargo su cara parecía no ser recordada por nadie o, al menos, eso parecían demostrar. Por supuesto, esto no era verdad: algunos de ellos sabían quién era y, precisamente por eso, lo evitaban.
No es que Javier fuera un tipo insociable, al contrario, era exquisitamente educado cada vez que hablaba con desconocidos, aunque visiblemente condescendiente, por lo que, al rato de hablar con él todo el mundo se sentía menospreciado e incómodo.
Los requerimientos que Javier tenía como necesarios para considerar a alguien digno de interés y confianza eran tantos que se convirtieron en un filtro insuperable y, al mismo tiempo, los tenía tan interiorizados que no era consciente de que el desinterés del resto emanaba de su propio desinterés por el resto.
Bien es cierto que sus amigos incumplían varios de esos requisitos pero, en parte por los años que hacía que los conocía (antes incluso de la fijación de su filtro), en parte por el miedo a no encontrar nada mejor, seguía considerándolos amigos aunque con ciertas reticencias no confesadas.
Emborracharse, armar escándalo, reírse sin motivo, interrumpir al hablar, parlotear de cosas sin interés... eran parte de las cosas que conformaban su filtro; cosas que cualquiera, a propósito o sin pretenderlo, hace en diversas ocasiones, especialmente en una fiesta como en la que se encontraba Javier.
¿Por qué seguía acudiendo a estos eventos? Era parte del peaje necesario para llevar lo que él consideraba una vida real; una vida en la que, irónicamente, tenía que rodearse de gente a la que no soportaba haciendo cosas que odiaba.
Pobre imbécil.
Justo al otro lado de la sala, charlando con amigos y desconocidos, riéndose, bebiendo, viviendo una vida real, estaba Lidia; la que en cualquier película romántica sería su media naranja, ese alma gemela que le haría ver lo errónea que era su actitud para, en última instancia, ser redimido por su amor hacia ella.
Pero, desgraciadamente para Javier, efectivamente esto es la vida real: esa en la que la chica de tu vida no se acerca a ti por casualidad porque está ocupada divirtiéndose y en la que si parece que todo el mundo está equivocado es porque el equivocado eres tú.


Saludos

martes, 4 de junio de 2013

LXXXIX

-"I wanna see you tonight, would you come for a drive? You can lean into me if you ain't been in love for a while"  The Gaslight Anthem - Mae

-"Nadie sabe lo que va a pasar al final del camino, así que es mejor disfrutar del viaje"  Grim Fandango

-"But I promise you this: I'll always look out for you. That's what I'll do"  Coldplay - Sparks

-"If you want to get there then move on, no one's gonna wait for you"  Dover - Straight to jail


Saludos

sábado, 1 de junio de 2013

A una botella abrazado (Relato)

Hacía tiempo que la botella de whisky era su más fiel compañía. En realidad era su única compañía.
Deambulaba por su casa siempre abrazado a ella, temeroso quizá de que también ella fuese a fallarle. Una vida llena de decepciones y sinsabores.
No conseguía recordar la última vez que su esfuerzo le había recompensado con aquello que intentaba (o deseaba) conseguir.
Se había sentido defraudado por tanta gente que, al final, terminó por rehuir a toda persona que había conocido o conocía. Su esperanza en el ser humano se había agotado hasta tal punto que se consideraba a sí mismo tan prescindible como cualquier otra persona.
Por eso sólo bebía y bebía.
Dejaba pasar el tiempo entre trago y trago, en todo momento aturdido, narcotizado. Días copias unos de otros. Una borrosa sucesión de día y noche.
No intentaba matarse: lo consideraba una salida cobarde. Simplemente se había cansado de vivir, por sí mismo, por el resto del mundo, y como penitencia y expiación, se dejaba ir.
No estaba triste ni deprimido. Estaba decepcionado y aburrido.
Ya todo daba igual. Había tomado las riendas de su destino, aunque ese destino fuese una caída libre oscura y depresiva.
El epílogo perfecto a una mala historia...


Saludos