jueves, 25 de diciembre de 2014

Brotes verdes

Una vieja idea, deliberadamente relegada al cajón de los sueños imposibles. Una dolorosa pero necesaria decisión.
Tiempo después, y sin haberla olvidado por completo, vuelve a tu mente.
El cajón te llama, algo parece latir dentro de él. Cuando lo abres huele a fresco, brilla, refulge, el tiempo de barbecho parece haberle insuflado vida.
La idea está ahí, ahora menos imposible de lo que parecía, más real que todo lo que llegó después de tratar de desecharla, más valiosa que el cúmulo de intangibles no promesas en el que te mueves.
Puede que de nuevo la ilusión te nuble el sentido, pero quieres estar siempre embriagado de esta sensación. Si no es felicidad debe quedar cerca de ella.
La acoges como el excelente propósito que es. Y como dictaminó el reducido consejo de sabios, ya se verá si las cosas funcionan como para tratar de llevarla a cabo.

Saludos

400 publicaciones después, ciertos escritos siguen teniendo un destino concreto.

domingo, 21 de diciembre de 2014

martes, 16 de diciembre de 2014

CXXVII

-"En cuestiones de lo que suele llamarse política en sentido amplio, era de una resignación desesperada. Quizá pueda gobernarse sin crímenes, pensaba a veces, pero es obvio que no sin injusticias: la vida es demasiado corta para intentar corregir un mal que, puesto que la lucidez lo reconoce como inevitable, ya no podemos considerarlo malo."  Fernando Savater - Caronte aguarda

-"Lo más aterrador de las desdichas inconcebibles que súbitamente nos agobian es la relativa entereza con la que somos capaces de soportarlas."  Fernando Savater - Caronte aguarda

-"Recuérdame que nunca olvide que peor que un enemigo es un amigo desagradecido."  Freshmakers - Recuérdame que nunca olvide con Campeón

-"La única forma de llegar a algún lado es decidir a dónde vas a ir."  John Updike - Corre, Conejo


Saludos

jueves, 11 de diciembre de 2014

martes, 9 de diciembre de 2014

Invitados (Relato)

Tocas a la puerta tímido y temeroso. Sabes quién te va a abrir, pero no sabes cómo es: esto puede haber sido un error o, literalmente, una puerta abierta a un nuevo y algodonoso futuro.
La persona que te abre te invita a entrar, y crees percibir cierto temor en ella. Estáis en igualdad de condiciones, tanto da que sea ella la que te abre su puerta como tú el que le abres la tuya. De alguna manera está siendo así, metafóricamente recíproco, virtualmente simultáneo.
La conversación fluye, no demasiado profunda al principio, pero detalles se van filtrando en la charla que hacen que las barreras bajen. O quizá porque las barreras van bajando, esos detalles no necesitan tanto esfuerzo para asomar.
El temor hace tiempo que desapareció. Descubres que la otra persona, en un proceso de simbiótica empatía, también desechó esa sensación. Las cosas avanzan en un ritmo convenientemente lento pero seguro. Cada vez más cómodo, lejos de esa persona tímida que llamó a la puerta, hablas de cualquier cosa, porque cualquier cosa contada con la suficiente emoción se convierte en algo interesante.
Empiezas a pensar que, sintiéndote así, sería una buena noticia poder visitar ese sitio tan a menudo como tu anfitriona lo permitiera y, ¿por qué no?, que aquello terminase siendo también tu lugar. Porque, recuerda, que ella también es tu invitada, has sido tú el que ha abierto la puerta y también ella puede querer hacer de ese lugar, hasta ahora tu lugar, su lugar.
Pero las cosas no son tan sencillas, y si lo fueran no serían interesantes, así que te sorprendes cuando, gentilmente te invita a salir de allí, no porque no esté cómoda contigo, sino porque prefiere, por ahora, mantener su espacio. Así que tú, introspectivamente decepcionado pero confiadamente terco, no tienes problema en aceptarlo, aún a sabiendas de que tocarás reiteradamente a esa puerta (abriendo tu propia puerta) sin un desenlace cierto.


Saludos