domingo, 21 de septiembre de 2014

Donde no llegan las palabras (Relato)

He estado allí. Conozco el lugar. Está lleno, repleto de imágenes mudas.
Un silencio artificial, antinatural, te envuelve conforme te adentras en aquel sitio. Las imágenes, secuencias cíclicas de múltiples acontecimientos, deambulan en busca de algo que dé sentido a su superficial existencia. Eso que buscan y que nunca encontrarán, son las palabras.
Toda imagen que vive allí está falta de contexto: simplemente es, no sabe el porqué de su existencia ni la resolución de sus acciones. Están condenadas a repetirse continuamente, un infierno de reiteración sin sentido; Sísifo empujando una roca colina arriba hasta el inalcanzable fin del tiempo.
Palabras que cuenten su historia, por qué hacen lo que están obligadas a hacer; palabras que den un final a sus acciones, qué consiguieron tras hacer lo que están obligadas a hacer. La tragedia no es la ausencia de posibilidades, sino el sinsentido de su reincidencia.
Así, imágenes naturalmente agradables, de niños jugando al balón, parejas abrazándose, padres andando cogidos a las manos de sus hijos, allí toman un cariz tétrico, irreal, como el regreso de un mal sueño del que despiertas sudando y con el corazón acelerado.
Fotografías olvidadas en un cajón que encontrases al mudarte a una nueva casa. Las mirarías con la extrañeza de no saber nada sobre ellas y que, sin embargo, parezcan contar una vida como otra cualquiera. Así me sentía al andar por allí.

Por eso abuso de la palabra, para nunca tener que volver a aquel lugar. Ya no temo hablar, decir lo que tenga que decir.
De otra manera, podría convertirme en una imagen condenada, sentenciada por palabras que nunca dije.


Saludos

No hay comentarios: