lunes, 10 de agosto de 2015

Oración 15

Se rompe el silencio por el estruendo que producen bombas y excavadoras.
El cantante que salta al escenario a hacerse un bis mientras el público ruge al escuchar las primeras notas de una canción inmensamente conocida.
Su voz susurrando en tu oído hace que se enciendan cada una de tus células mientras tú, todo latidos y sudor, te agarras al colchón porque crees ser liviano y poder volar.
Despedidas que podrían alargarse hasta convertirse en reencuentros.
Viaje con hotel y sin prisas.
Todas las palabras que sueltas, las historias que cuentas, no tienen billete de vuelta. Se desplazan y colonizan mentes ajenas, dejando un vacío en la tuya.
Una caverna que se llena con cada gota que se filtra a través de la roca.
Caminar por un paisaje desolado en vez de tratar de crear un vergel a base de esfuerzo.
Las fotos en la pared varían conforme la gente que en ellas aparecen van entrando y saliendo de tu vida.
Nunca las palabras de alguien te harán ganar suficiente confianza contra un terror primario e irracional.
Pero sí que una mano agarrando con fuerza la tuya te llevará allí a donde queráis llegar.


Saludos

miércoles, 15 de julio de 2015

lunes, 13 de julio de 2015

CXXXV

-"Uno vive con los ojos puestos en las esperanzas que se le dan, en las esperanzas que uno alberga; las esperanzas son como un combustible. No se puede vivir sin ellas. Pero eso era como lanzar una moneda al aire. Hasta que la moneda cae, no se sabe si saldrá cara o cruz."  Haruki Murakami - 1Q84

-"Now maybe some things are better left unsaid but if you wanted to test that out, well, yeah, I guess, I could've said."  Blind Pilot - Oviedo

-"Y solo dime a dónde quieres ir que yo te llevo, agárrate a mi boli yo te elevo. Si en una eternidad siempre hay tiempo para comenzar de nuevo, si tú vienes conmigo yo me atrevo a vivir sencillo: mi piedra en mi bolsillo, mi Lucky y mi librillo, la luna, su brillo, sentado en un bordillo."  Sharif - Sobre los márgenes

-"Life can be a bitch but she can love you if you let her."  Snak the Ripper - Don't Leave


Saludos

miércoles, 8 de julio de 2015

Terminal (Relato)

Habían decidido huir juntos. Alejarse de una vida con la que no disfrutaban y que no consideraban como suya. Dejarlo todo atrás iba a ser un paso sencillo y liberador: rayos de sol tras un largo invierno ártico.
El destino les era indiferente, allí donde les llevase el camino estarían juntos, y eso les parecía suficiente.
Se dieron un día para empaquetar las cosas que considerasen indispensables: una mochila al hombro y todo el futuro por delante. A la mañana siguiente se verían en el aeropuerto y comprarían el primer billete que se pudieran permitir, sin importar donde fuera a aterrizar ese avión.
Y allí estaba él, metiendo ropa en la vieja mochila que solía llevar al instituto. No era una mochila demasiado grande, por lo que no cabían muchas cosas. Sin embargo, mientras los cajones de su habitación menguaban en contenido, su cabeza se llenaba de indecisión.
Estaba a pocas horas de llevar a cabo la decisión más drástica de su vida, un acontecimiento pivotal, un punto de inflexión en su existencia. Pero no era esta idea la que estaba infectando su cabeza. Un temor mayor le erosionaba hasta la nausea.
¿Qué pasaría si ella no se presentaba en la terminal; si abandonar todo y quedarse solo con él no le parecía suficiente? ¿Cómo podría reponerse del hecho devastador de saberse abandonado por la única persona por la que él sería capaz de abandonarlo todo? ¿Tendría fuerzas para coger un avión y continuar en solitario con el plan? ¿O para regresar a casa con el rabo entre las piernas?
Todas estas dudas, las raíces de un árbol llamado abandono, arraigaron con profundidad en su consciencia. Por ello tomó la única decisión que fue capaz de llevar a cabo.

A la mañana siguiente, tras esperar varias horas, ella cogió un avión con destino a Frankfurt, solo ida. Se sintió defraudada: había puesto todas sus ilusiones y confianza en una persona que ahora la obligaba a empezar una vida cuyo primer paso iba a estar falto de equilibrio, carente de un punto de apoyo.

Y así se sintió él también la noche anterior: incapaz de soportar la posibilidad de sentirse defraudado y abandonado como un perro en una cuneta, con sus ilusiones y su confianza rotas en mitad del ajetreo mundano de la terminal de un aeropuerto.


Saludos

lunes, 6 de julio de 2015

Hawái

Los espacios vacíos y oscuros ahora están llenos de luz y bien ventilados: una casa abandonada que, ya rehabilitada, se ha convertido en el sitio acogedor que siempre debería haber sido. Ahora solo es cuestión de llenarla de cosas sin llegar a convertirla en un lugar agobiante ni sobrecargado.
Desde la terraza se ve la luna, esa luna que cada noche va a mirarme con la cara torcida porque esa es su única cara.
El tiempo pasa rápido pero, si ese es el peaje que hay que pagar, me parece asombrosamente barato.
Orgánico y natural, como siempre he creído que deben ser estas cosas. No hay esfuerzo, solo ganas.
Otro acontecimiento con el que relativizar.
Triunfos no esperados, sonrisa perenne.

Sí, estoy hablando por ti.

Y podría ser un texto infinito...


Saludos

lunes, 29 de junio de 2015

Graznido: Cuando no necesitas...



















Cuando no necesitas mandar mensajes ocultos porque ya se lo dices todo mientras te reflejas en sus ojos.









viernes, 19 de junio de 2015

Graznido: Dicen que es más fácil...





















Dicen que es más fácil escribir desde la tristeza. Quizá por eso últimamente escribo tan poco.










martes, 9 de junio de 2015

Cuerdas

Cada vez que la mira su expresión es de incredulidad.
Como si fuese incomprensible que esté caminando a su lado, al comprobar que no es una figura etérea fruto de su imaginación, la sorpresa de una realidad tangible se refleja con innegable evidencia en su rostro.
Y entonces, como una sensación que estuviese fraguando en su interior expandiendo su raigambre, se siente afortunado.
Nada tan simple. Nada tan complicado

A vosotros, fotocopias en otra rebanada de un mismo pan, os diré que la busquéis, no importan los sinsabores ni las decepciones del camino, porque en algún lugar estará su fotocopia. O, si es que la suerte es inmutable, transferible y constante, mantenedla a vuestro lado cuando vuestras órbitas os acerquen.


Saludos

jueves, 4 de junio de 2015

CXXXIV

-"Llevamos mucho tiempo construyendo un paraíso para terminar encontrándolo repleto de horrores."  Alan Moore & Dave Gibbons - Watchmen

-"You got me treading on the water 'cause I've never learned to swim. Now I know that it's all over I better learn to start again."  Kodaline - Everything Works Out in the End

-"Otra vez, Billy oyó que Rosewater le decía a un psiquiatra:
   -Creo que ustedes, muchachos, van a tener que inventarse un buen montón de mentiras bien dichas, o la gente no querrá seguir viviendo."  Kurt Vonnegut - Matadero Cinco

-"Weather will remain the same if it's pained on your eyelids, high when you decide."  Dinosaur Jr. - Your Weather


Saludos

lunes, 18 de mayo de 2015

Sinopsis

No sé de qué va la película, pero veo personajes de los que no comprendo su presencia (su regreso).
Historias que suponía sepultadas, muertas y consumidas por su propia ponzoña que, desde el desconocimiento, parecen resurgir sin más motivo aparente que la añoranza de buenos momentos. Como dirigirse directamente hacia la distante luz de un faro olvidando que, a sus pies, un acantilado de puntiagudas rocas nos dará su destructiva bienvenida.

Camino por la cuneta de mi propia existencia pensando que la persona que protagoniza mi vida podría poner algo más de su parte, aunque he de reconocer que no lo hace mal del todo: al menos sabe rodearse de fantásticas personas.

Si había cosas que decirte antes, imagina ahora que no tengo oportunidad de hacerlo y que suceden cosas que, ni con el mayor de los esfuerzos, puedo comprender.
No sé de qué va la película y ahora dudo que quiera saberlo.


Saludos

sábado, 9 de mayo de 2015

CXXXIII

-"En realidad no empecé a aprender seriamente de la vida, ni de mí mismo, hasta que la conocí a ella... Es de esas mujeres que ayudan a comprender el tiempo en que nos toca vivir."  Arturo Pérez-Reverte - El Tango de la Guardia Vieja

-"Quién podría decir, mirándose a los ojos en un espejo: no traicioné nunca, o no lo haré jamás."  Arturo Pérez-Reverte - El Tango de la Guardia Vieja

-"A veces creo que ya he sentido todo lo que puedo sentir; y que a partir de ahora no sentiré nada nuevo, solo versiones menos intensas de lo que ya he sentido."  Her

-"Por debajo de mí, esta horrible ciudad grita como un matadero lleno de niños retrasados."  Alan Moore & Dave Gibbons - Watchmen


Saludos

martes, 5 de mayo de 2015

El coche de radiocontrol

De camino al entrenamiento, dos veces por semana, ando varios cientos metros de una calle ancha, de espaciosas aceras ajardinadas, ubicada en una zona residencial. Son aceras concurridas a esa hora de la tarde: jubilados de paseo o sentados en los bancos, familias aprovechando las últimas horas de sol del día, grupos de chavales tonteando, corredores solitarios o en grupo mirando constantemente sus relojes de pulsera.
Pero os quiero hablar de una persona en concreto.
Es un niño: tendrá unos 10 años aproximadamente. No sé qué clase de discapacidad le obliga a estar en una silla de ruedas, pero debe tratarse de algún tipo de parálisis cerebral. Desconozco mucho ese mundo como para hacer un diagnóstico a simple vista.
Lo veo de vez en cuando, acompañado de la que supongo es su madre, jugando con un coche de radiocontrol. No puedo observarlo demasiado rato. Es descorazonador. Tan aleatoriamente injusto que un nudo de impotencia atora mi garganta y empaña mis ojos.
No sé que grado de consciencia hay detrás de esa vista perdida y esa mandíbula entreabierta y desencajada. No sé si los errantes movimientos del coche le hacen añorar la movilidad de la que carece o si, por el contrario, en su imaginación conduce ese coche con el que gana campeonatos viajando alrededor del mundo.

Hay una simple verdad que, en nuestro egoísmo, solemos olvidar: somos tan privilegiados que la ambición nos ciega y dejamos de recordar que el hecho de estar aquí ya es todo un triunfo.


Saludos

domingo, 3 de mayo de 2015

Graznido: ¿Estoy cavando...


















¿Estoy cavando, en silencio, un túnel hasta ti o lo que será mi propia, profunda y olvidada tumba?










jueves, 23 de abril de 2015

Conversaciones fugaces

"[...] no lee apenas nada. Bueno, sí lee, pero cosas extrañas"

Porque, como todo el mundo sabe, leer cosas extrañas no es leer.

Nos estamos volviendo estúpidos por momentos.


Saludos

domingo, 19 de abril de 2015

Borroso (Relato)

Despierto en ese sitio indefinido entre la borrachera que todavía sigue activa desde anoche y el cansancio inevitable de haber dormido menos horas de las deseadas.
Un abrumador montón de cosas por hacer es lo primero que se cruza por mi cabeza, una cabeza que se rebela contra cualquier noción de equilibrio al incorporarme en la cama y quedarme sentado en ella.
Los recuerdos de la noche se reproducen con una evidente caída en la tasa de fotogramas por segundo, como una película proyectada en un quinetoscopio a color. Trato de trazar una linea temporal que ayude a descifrar las imágenes fragmentadas en las que demasiadas caras dificultan la localización de hora y lugar.
El agua fresca con la que me lavo la cara taladra ambas sienes como si estuviesen siendo atravesadas por un témpano de hielo: una dolorosa ayuda para terminar de espabilarme y despejar la visión. Los ojos hinchados y cada vez más arrugas a su alrededor son la muestra de que los años siguen pasando y dificultan hasta lo insoportable cualquier proceso de recuperación.
Me asomo a la terraza con una taza de café en la mano. Una soleada mañana de domingo es la tregua que el mundo me ofrece en unos momentos poco gratificantes si observo mi existencia en su completa y decepcionante irregularidad. Cada sorbo, endulzado a fuerza de cucharadas colmadas de azúcar, es parte de una cuenta atrás para el comienzo de una jornada de preparación para otra rutinaria semana sin nada que compartir con nadie.
Vivo en una continua escapada hacia el futuro con la esperanzada inseguridad de no saber qué demonios puede cambiar, qué demonios quiero cambiar. Por donde empezar.


Saludos

viernes, 17 de abril de 2015

CXXXII

-"Soñar es un error porque se vive dos veces: una con el corazón y otra con la mente."  Chico Ocaña - De calle

-"¿Soy en éxito?¿Un fracaso? Qué importa eso. Ser feliz o no, esa es la diferencia."  Freshmakers - Fuuuck!!

-"Se acentuó la sonrisa. Una bonita boca, pensó él. Un bonito todo."  Arturo Pérez-Reverte - El tango de la Guardia Vieja

-"But I'd rather live telling the truth and be judged for my mistakes than falsely held up, given props, loved and praised."  Macklemore & Ryan Lewis - Starting Over feat. Ben Bridwell


Saludos

sábado, 11 de abril de 2015

Renglones

Uso la pequeña llave que guardo al fondo de un cajón para abrir la compuerta que me abre en canal y me permite leer mis heridas internas.
Cuentan una historia luminosa y esperanzadora que, ahora, se ha vuelto turbia y se escribe en renglones ilegibles de vacío y silencio.
Lo que era una tierna serigrafía de precisa filigrana se ha convertido en una sangrienta cicatriz que retuerce y deforma el tejido orgánico, transformado en una desagradable amalgama repleta de surcos y arañazos, como zarpazos de una bestia salvaje que no quiere seguir en esta jaula.
Leo la historia de mis propios días con la esperanza de que fluyan unas lágrimas purificadoras que limpien esta infección y, con su sal, ayuden a cicatrizar las nuevas emociones, pero la fuente está seca y solo hay congestión y angustia.
Leo disfrutando los buenos momentos para terminar revolcado y aturdido por el depresivo presente, luchando por continuar caminando a pesar de la pesada cadena que arrastro enganchada a mis tobillos.
Como un libro que te desagrada hasta llegar a hacerse interesante, releo una historia en la que, siendo protagonista, conozco cada detalle y matiz, pero de la que me siento extrañamente ajeno al verla transformada en palabras, como si  mi cuerpo rechazase un órgano recientemente trasplantado.
Cierro la compuerta y vuelvo a esconder la pequeña llave que guardo al fondo de un cajón, ahí donde no corre el peligro de ser descubierta por nadie, ahí donde puedo evitar compartirla.

Saludos

viernes, 10 de abril de 2015

martes, 31 de marzo de 2015

Versos sueltos

Vas por la calle saltando de baldosa en baldosa tratando de no tocar las uniones cuando, en el frenesí del juego, pisas involuntariamente una mierda de perro.
Pura felicidad arruinada por la maloliente e implacable realidad, como si un ente maligno te agarrase de la solapa para lanzarte contra un suelo que te acoge con la suavidad de una desbrozadora.
El camino a la felicidad es una lenta escalada hacia la cumbre, pero la tristeza es despeñarse por un acantilado sin necesidad de haber dado ningún mal paso.
Variaciones sobre un mismo tema, el eterno retorno, un ciclo de fertilidad-esterilidad.
Olas de una tempestad que solo puedes salvar caminando sobre las aguas o zambulléndote en las profundidades del frío y oscuro océano.


Saludos

martes, 24 de marzo de 2015

Oración 14

La irresistible tentación de seguir hablando contra la irrevocable promesa de un acuerdo no escrito.
Ser bueno contra ser atrevido.
Convertir este púlpito público en una ventana privada con la absoluta certeza de que el mensaje llegará al destinatario adecuado.
No romper las reglas del juego aunque esto sea mi casa y aquí siempre juguemos así.
Cáscaras de pipas como evidencia del tiempo perdido.
No existen las manchas de tinta electrónica. Y no es una ventaja.
Pesan más las palabras que no digo que las que me dicen.
Ideas que juegan al escondite y te asustan cuando estás desprevenido.
Hasta la mejor carretera tiene una curva peligrosa.
Un poste de socorro que siempre comunica.
Sentirse como el niño gordo que era el último al que elegían cuando se jugaba a cualquier deporte.
Corto.


Saludos

lunes, 16 de marzo de 2015

jueves, 12 de marzo de 2015

El último rey del valle (Relato)

Kwälah era el rey de su tribu, igual que lo habían sido su padre, el padre de su padre y tantos ascendientes suyos como se podía recordar. Sus territorios abarcaban una amplia extensión de terreno comprendida entre dos montañas: un valle tan antiguo como el mundo que era, a efectos prácticos, el único mundo para todos ellos.
Su tribu había vivido épocas de próspera bonanza: manadas de vacas y ovejas pastaban a lo ancho del valle proporcionándoles leche y carne más que de sobra; un fresco arroyo bajaba cruzando todo el valle alimentado por la nieve acumulada en las inaccesibles cimas; cultivos de verduras y hortalizas crecían tan lozanos como lo hacían los niños nacidos al amparo de las montañas, verdades protectoras y fuentes de toda vida creada a sus faldas.
Pero de esa prosperidad ya poco quedaba. Hacía muchas lunas nuevas que no llovía y las cimas de las montañas, perennemente blancas como forma habitual, ahora se veían resecas y ásperas azotadas por el viento. Apenas había alimentos frescos con los que alimentar a la tribu, las plantaciones habían caído muertas debido a la acuciante sequía y los animales, faltos de verde que llevarse a la boca, eran poco más que sacos de piel y huesos. Todas estas desgracias habían hecho efecto en las relaciones de la tribu, antaño todo algazara y afabilidad, que se habían emponzoñado y creado tensiones y rencillas ante la desconfianza de que el vecino pudiera haberse guardado comida que no compartiese con el grupo.
Estas dificultades robaban horas de sueño a Kwälah, que observaba las estrellas en busca de soluciones, mensajes cifrados en los destellos enviados por los dioses en los que todavía creía y en los que confiaba le darían la sabiduría para arreglar las cosas.
Pero los días pasaban y las cosas no hacían sino empeorar.
Kwälah decidió reunir a la tribu que, a regañadientes, se reunió para escucharle. Solo cabía una solución: en la siguiente luna completa habría un sacrificio.

La mañana del día del sacrificio, Kwälah se despertó con la esperanza de que unas nubes pronosticasen próximas lluvias, pero otro días más un sol ardiente y plomizo abrasaba el cielo. La desesperanza se apoderó de su ánimo y una idea que había anidado hacía tiempo en su corazón se hizo también con su cabeza: los dioses debían estar enfadados, pero nadie de su tribu merecía tal castigo ni sufrimiento.
Kwälah paseó por el el lugar donde aquella noche una joven vería derramada su sangre por el bien común, y mientras rodeaba por cuarta vez el poste clavado en la parte más alta de la aldea, tomó una decisión.

Aquella noche toda la tribu, decenas de habitantes famélicos y raquíticos, se concentró en torno al poste. Cuando el sol terminó por esconderse tras la montaña, el brujo de la tribu caminó entre la multitud acompañado de la joven que, resignada con su corto futuro, caminaba dócilmente hacia su honrosa muerte. No había ningún ruido, ni siquiera los animales se aventuraban a romper la solemnidad de aquella última esperanza. El brujo fue parsimonioso atando a la joven contra el poste mientras la multitud observaba aquella actuación con morboso interés. Una vez atada, el brujo sacó un afilado estilete de hueso, con el que cortaría el cuello de la joven, de entre sus ropajes.
Fue en ese momento cuando una figura salió de entre el público y, con la decisión del que sabe lo que tiene que hacer, le arrebató el estilete al brujo. Arrodillado, mirando a las estrellas, la morada de los iracundos dioses, tan suplicante como desafiante, Kwälah se cortó su propio cuello en un experimentado gesto. La aldea, estupefacta y congelada por la sorpresa, observó como, en poco tiempo, la sangre de su rey empapaba el suelo.
Para Kwälah no era justo que nadie de su tribu asumiese culpas que no tenía. Como líder que era tenía que hacer el sacrificio que se le suponía a su gente.

Pocas lunas después el frío volvió, y con él las nieves en las cimas de las montañas. Parecía que el sacrificio había surtido efecto.
Una reunión entre los más viejos de la tribu y el brujo llegó a una conclusión: no volvería a haber un rey, los dioses parecían preferirlo así. Y, aunque nadie se atrevió a formularlo en voz alta, nunca tendrían un rey tan generoso como Kwälah.



Saludos

martes, 10 de marzo de 2015

CXXXI

-"Todavía no han servido nunca las lágrimas para dar cuerda a un reloj ni para mover una máquina de vapor."  Charles Dickens - Los papeles póstumos del Club Pickwick

-"Mira cómo se pone mi piel cuando te recuerdo, espero que algún día este dolor sea útil. No recibo el golpe y me pongo a besar la lona. Desde que no espero nada de nadie no me decepcionan."  Shotta - Estás aquí con Suite Soprano

-"Eso no son más que buenos sentimientos, señor...; las mejores intenciones, como dijo el caballero que huyó del lado de su esposa porque, al parecer, no era feliz con él."  Charles Dickens - Los papeles póstumos del Club Pickwick

-"You can't blame the seed for what the forest taught'em."  Doomtree - Slow Burn


Saludos

domingo, 8 de marzo de 2015

El último texto

Si este fuera mi último texto no os daríais cuenta. No habría nada especial, ni agradecimientos ni despedidas. Ninguna palabra grandilocuente, ningún discurso de retirada. Escribiría algo sobre la constante soledad, algo violento con sangre y fuego, alguna historia de amores (no) correspondidos o de ilusiones deshechas, un puñado de frases surrealistas arrancadas como jirones de otra realidad. Sería algo habitual, típico: mis lugares comunes.
Si este fuera mi último texto habría algún mensaje cifrado que, quizá, solo tú pudieras desentrañar, porque nadie más dio muestras de tener una mente inquieta. Tú serías la inspiración, la causa y la destinataria de ese mensaje, un ente superior al que dirigir unas últimas plegarias aunque estas se perdiesen como una letanía murmurada en una lengua muerta.
Si este fuera mi último texto terminaría como cualquiera de los otros, con un despedida neutra, una solo palabra que no causase impacto ni perdurase en el recuerdo. Simplemente desaparecer en el horizonte de lo común. Otro escritor fracasado.


Saludos

jueves, 5 de marzo de 2015

Graznido: Cuando, habiendo un globo...


















Cuando, habiendo un globo flotando a tu alrededor, no te entren ganas de golpearlo, tu niño interior habrá muerto.












martes, 3 de marzo de 2015

Piro (Relato)

Jugué a la espalda de colosos dioses primigenios con el fuego que les robé cual Prometeo, con la inconsciencia del que no teme castigos sin saber que el mayor castigo no sería una represalia, sino la embriagadora desesperanza que sentí cuando el fuego, agotado por el uso, simplemente se extinguió.
Entonces llegaron eras de miles de noches continuas, con la única compañía de los latidos sordos de un corazón que sentía cada vez más desapegado de mi ser y los cercanos ecos de hirientes carcajadas que reían a costa de mi infundada e inconsciente ilusión.
Durante esa cada vez más densa oscuridad, lo único que me hacía continuar era un espíritu inquebrantable que no sabía poseer. Cuando solo quería dejarme vencer, un cosquilleo, un calambre desde los pies hasta la nuca me recordaba que no basta con ser fuerte por el resto, que principalmente hay que serlo por uno mismo.
Y así fue como adopté un órbita elíptica en vez de circular. Dejé de dar vueltas siendo siempre visible y me alejé para que, con el paso del tiempo, lo que era hubiese quedado atrás hasta convertirme en una versión mejor de lo que quiera que signifique para el resto y mi regreso fuese algo tan esperado como esperable.
Volví a ser portador del fuego, pero esta vez no era robado ni exógeno, era yo quien irradiaba luz, no para ser adorado ni admirado, sino para ser el guía de mi propio camino.


Saludos

sábado, 28 de febrero de 2015

Juguetes

Por un lado, esos juguetes clásicos que llevan contigo desde pequeño. Mecanismos sencillos y una infinidad de horas de entretenimiento. Juguetes nada pretenciosos, hechos con la única intención de divertir, no pretender deslumbrar ni resultar llamativos en una estantería llena de competencia. Esos juguetes a los que volvías cada cierto tiempo para, jugando de nuevo como siempre jugabas con ellos, descubrir que no habían perdido su encanto.
En el otro lado, esos juguetes modernos, brillantes y recargados. Complicados en su forma y en su uso. Los que veías anunciados en televisión e idealizabas porque sabías que, con criterio, tus padres nunca te comprarían. Juguetes de los que te cansabas y nunca volvías a usar, que terminaban abandonados en el fondo de un cajón o dentro de un armario, cogiendo polvo olvidados en su futilidad.

Al final, todos alcanzan el mismo destino. Su obsolescencia llega cuando envejecemos. Los recordamos con cariño pero son recuerdos de un pasado al que nunca volveremos.
Y así, una parte de nosotros también yace acumulando suciedad en algún lugar olvidado de la casa.


Saludos

jueves, 19 de febrero de 2015

CXXX

-"Donde los hombres no pueden vivir a los dioses no les va mucho mejor"  Cormac McCarthy - La carretera

-"Suelo sentir lo que hago y creer en lo que hablo. Sonrío mientras vivo y solo vivo mientras tanto"  Falsalarma - Fieles con lo vivido con Morodo

-"I never wanted to say how much I liked you, I never wanted to be one of your sad discoveries"  Angels & Airwaves - Anomaly

-"Don't theorize, I practice what I preach"  Rhyme Asylum - Who goes there


Saludos

sábado, 14 de febrero de 2015

Perspectiva (Relato)

"Tienes que tomarte las cosas con una actitud distinta";"No todo puede afectarte así";"Trata de ver la vida de otra manera". Frases como estas, y otras similares, eran materia común en las conversaciones con la mayoría de la gente que lo conocía.
Tanto era así que decidió llevar una de ellas a la práctica de la manera más literal que se le ocurrió.
Si la solución era ver la vida de otra manera, desde otra perspectiva, ¿qué mejor modo que el cambiar, físicamente, el punto de vista?
Tras barajar diversas posibilidades concluyó que la forma más simple de practicar esa solución era comenzar a andar de espaldas, algo más sencillo de pensar que de llevar a la práctica. Al fin y al cabo, el cuerpo humano no está diseñado para desplazarse de manera inversa, pero su determinación a provocar cambios en su vida debería ser más fuerte que una dificultad evolutiva.
Los primeros días fueron conflictivos. Se daba golpes en los sitios más comunes e insospechados y, al forzar el cuello para poder ver por encima de sus hombros, los dolores cervicales fueron una constante tras varias horas en esta posición antinatural. Además, no era fácil de explicar a otros transeúntes que se chocaban con él que caminaba de así en un intento experimental de mejorar su vida: lo miraban como al loco que quizá era, lo que no le salvó de algunas trifulcas peligrosas. De una de ellas tuvo que escapar a la vieja usanza de correr hacia delante.
Cuando finalmente consiguió adaptarse a su nuevo estilo de caminar las cosas, efectivamente, mejoraron. Mientras andaba todo seguía igual: la gente que caminaba en sentido contrario pasaba por su lado tan fugazmente como lo había hecho hasta ahora y recibía miradas extrañadas de los que caminaban en su sentido. Sin embargo, y aquí sí cambiaron las cosas, cuando paraba en un paso de peatones o algún semáforo en rojo, podía mirar a la cara a aquellos que se paraban junto a él. Claro está que esas miradas de extrañeza seguían estando ahí, pero igualmente encontraba miradas positivamente curiosas; sonrisas de quien descubría en él una persona distinta o en evidente proceso vital; caras amigables a las que, todos los años de su vida, había dado la espalda en situaciones similares.
Esta nueva perspectiva había dado los frutos esperados: su humor cambió al comprobar que en la vida había muchas más cosas buenas de las que, en el agobio de la rutina, somos capaces de disfrutar.
Sin embargo, el mundo no se adapta con sincronía a nuestros cambios, y lo que comenzó como una idea alocada, se demostró como un cambio a mejor, terminó siendo su última decisión importante.
Había viejas malas costumbres que, por el simple hecho de cambiar la perspectiva, no habían desaparecido. Por encima del hombro pudo ver el semáforo parpadeando. El tiempo suficiente como para, en tres largas zancadas, cruzar la calzada hasta la otra acera solo que, ahora las zancadas no eran tan largas ni tan equilibradas. Una pierna que trastabilla a la otra; un tropiezo involuntario; un coche que, girando desde la calle transversal, no le ve caído en el suelo.
Tres elementos azarosos que ponen fin a la historia de un hombre con la determinación de algo tan complicado como tratar de cambiar para mejorar.


Saludos

sábado, 7 de febrero de 2015

CXXIX

-"[...] lo monstruoso no es que los hombres hayan creado rosas de este estercolero, sino que, por una u otra razón hayan de desear rosas. Por una u otra razón, el hombre busca el milagro y, para conseguirlo, se bañará en sangre. Se corromperá con ideas, se reducirá él mismo a una sombra si un segundo siquiera de su vida puede cerrar los ojos a lo espantoso de la realidad. Todo se soporta, desgracia, humillación, pobreza, guerra, crimen ennui, en la creencia de que de la noche a la mañana ocurrirá algo, un milagro, que hará tolerable la vida."  Henry Miller - Trópico de Cáncer

-"Duda: ¿En qué difiere el nunca será de lo que nunca fue?"  Cormac McCarthy - La carretera

-"You ran with the dead today through the cemeteries where ghosts still play. The more you ran, love got further away. One look and I saw inside every little thing you'd die to hide."  Editors - You don't know love

-"Ella es el turno que pasó, la oportunidad que espera, el regalo que se compró y espera que lo desenvolvieran."  SFDK - Ella con Alberto Gambino


Saludos

lunes, 2 de febrero de 2015

Combustión espontánea (Relato)

Cuando los bomberos consiguieron derribar la puerta, una humareda densa y nauseabunda les dio su calurosa bienvenida.
Abundante agua por cada rincón del apartamento para evitar posibles focos ocultos o rescoldos que hicieran resurgir las llamas y, con ellas, poner en peligro el resto del edificio.
Un destacamento bien entrenado, profesional y eficiente como solo gente dedicada fervientemente a su trabajo puede lograr, consiguió sofocar con rapidez el fuego, que solo era virulento en la habitación, donde sin duda había surgido y, de ahí, propagado al resto de estancias.
Una sola víctima, R.G.B., yacía calcinado en su cama, un esqueleto metálico formado por el somier y el cabecero cubiertos de tizne.
El incendio se había originado allí, pero no había rastros de combustibles ni de fuentes de calor. Todos los enchufes estaban en las condiciones adecuadas. Cualquier explicación física fue rechazada como motivo o causa del incendio.
Ante la ausencia de pruebas lógicas, la investigación concluyó que la única respuesta era la imposible: combustión espontánea.

R. tenía un vicio inconfesable, algo desagradable que le hacía regocijarse como un niño pequeño: disfrutaba de sus flatulencias. Le gustaba que fuesen sonoras, densas y olorosas; se reía tanto con ellas como con un buen chiste.
El momento de mayor goce para él era cuando, ya acostado, generaba un estruendoso pedo que se mantenía algunos segundos tomando consistencia bajo las sábanas.

Aquella noche hacía especial calor. Era uno de esos días de invierno que más bien parecen el comienzo de la primavera, aunque esta quedaba todavía lejos. Su grueso pijama de manga larga venía molestándole hacía rato.
Al moverse para quitarse los pantalones, un retortijón le indicó la inminencia de una ventosidad. Con una sonrisa culpable acomodó el cuerpo para que esta escapase con facilidad. Ese fue su último error.
El pijama, de un barato tejido acrílico, había acumulado electricidad estática y unas pequeñas chispas surgían del mismo en cada movimiento. Cuando a esas chispas se le unió una flatulencia cargada de metano, la llamarada fue instantánea.
El fuego bajo las sábanas y junto al colchón se propagó rápido, sin tiempo para R. de escapar del mismo. Iba a arder en su propio vicio.


Saludos

jueves, 29 de enero de 2015

Sangre

Me piden sangre. Que me aleje de esos escritos ñoños y sensibleros que últimamente, es cierto, son habituales.
Me piden sangre como si fuese fácil, como si alejarme de eso no fuese parte de un plan para hacer mi vida algo más luminosa. Hablar de sangre lo deja todo perdido, de un color marrón parduzco que se pega a la piel e inunda y atora cada poro hasta que esbozar una sonrisa duele y desgarra la piel.
Me piden sangre como si bastase pulsar un botón, darle la vuelta a la moneda y usar la otra cara: una cara pintarrajeada y llena de cicatrices preguntando ¿Por qué tan serio?. La cara de alguien que no querrías tener cerca, la de alguien al que no podrías llamar nunca amigo.
Me piden sangre como si no estuviese deseando regalarla, empezando por la de aquellos que estorban en las aceras y por los que no respetan los ceda el paso. Lo que sería el comienzo de una larga lista de culpables a mis ojos, de inocentes a ojos del resto.
Me piden sangre como si alguna vez hubiese dejado de ofrecerla. Que en los últimos tiempos fuese la mía, la que se derrama con cada latido de desengaño, la que intento recuperar usando las manos como un cuenco pero se escurre entre los dedos, no debería suponer una diferencia.
Me piden sangre como quien saca a pasear la parte violenta de su psique, una parte brutal y sádica amarrada al raciocinio por cadenas de gruesos eslabones, tan poderosa que aprovecharía cualquier oportunidad para tomar el control y provocar el caos.
Me piden sangre y me encantaría bañarme en ella, sentir su calidez ferrosa y pegajosa, recibir una oleada que saliese abruptamente de un ascensor en un hotel de montaña. Recibir su bautismo y entregarme a ella, todo rojo y chorreante para siempre.

Me piden sangre pero, simplemente, no estoy de humor ni es el momento.


Saludos

martes, 27 de enero de 2015

sábado, 24 de enero de 2015

Vivido

Hay quien, estando en tu vida largo tiempo, de una manera u otra pasa sin pena ni gloria, un surco en la arena barrido por una ola. Por mucho que lo intentes no podrías recordar nada sobre esa persona, ni el más leve enlace entre ella y tú que haga despertar una sonrisa por su recuerdo.
Aunque, por supuesto, una sonrisa es algo demasiado ambicioso como para que cualquiera pueda provocarla por su recuerdo. Y, en este caso, hasta un mísero alzamiento de cejas quedaría lejos de lo que mucha gente podría conseguir.

Por el contrario hay otras personas, indudablemente especiales, de las que recuerdas cada momento pasado a su lado. No me refiero a historias vagamente relatadas y modificadas progresivamente a lo largo de los años; me refiero a pequeños detalles tan vividos que, al rememorarlos, alteran nuestro ritmo cardiaco tal y como lo hicieron en su momento.
De estas personas nos encontramos pocas, y bastan un puñado de ratos junto a ellas para saber todo el tiempo que quieres dedicarles en el futuro, aunque este sea tan incierto que no sabes si tus buenas intenciones (y con suerte también las suyas) llegarán a materializarse.

Hago lo que puedo por no perder a quien, sin duda, pertenece al segundo grupo.
Acertadas o no, hago cosas; no puedo simplemente esperar, no quiero simplemente esperar.
Y así, esperando lo mejor, estando preparado para lo peor, dedico parte de mi tiempo a quien se pasea por mi mente como lo que en parte ya es, su casa; con la temerosa esperanza de que sea algo recíproco.

Y entre la pléyade de detalles, el que más altera mis latidos es un etílico apretón de manos bajo la mesa.


Saludos

sábado, 17 de enero de 2015

CXXVIII

-"No creo en no creer y me planteo mil cuestiones, porque yo sé que algún día existieron los dragones como existen las hadas, como existen las veladas en candelas de moragas con niñas enamoradas de lunas jóvenes."  Sicario & Hazhe - Arcturus

-"Una persona es tan buena como lo sea su palabra."  La ladrona de libros

-"Se pregunta si no están quizás hablando de nada o si están creando una clave para significados más profundos. No sabe si ella es consciente o inconscientemente coqueta. Siempre piensa que cuando vuelven a encontrarse le hablará con firmeza y le dirá que la ama o algo igualmente directo, algo que ponga la verdad al descubierto; pero en presencia de ella se queda atontado, su aliento cubre de vaho el cristal, no sabe qué decir y cuando dice algo es una estupidez. Lo único que sabe es esto: por debajo de todo, debajo de sus mentes y sus situaciones, él posee, como un derecho de retención de un terreno lejano que hubiese heredado, cierto dominio sobre ella, y que en el grano de la piel de aquella mujer, en la caída de su cabello y en sus nervios y finas venas, ella está dispuesta a aceptar este dominio. Pero entre esta predisposición y él se erigen los obstáculos de lo razonable."  John Updike  - Corre, Conejo

-"Amar es fácil, lo malo es el después, cuando la fuente está seca y sigues con la misma sed." Sharif - Martes trece


Saludos

jueves, 15 de enero de 2015

sábado, 10 de enero de 2015

¿De veras es amor? (Relato)

Temía haber desaparecido como lo haría un susurro durante un vendaval. Largos periodos de silencio, el suyo expectante, le inquietaban más que una ruptura declarada. Las yemas de los dedos le quemaban por las palabras no escritas igual que lo hacía su lengua cuando, tras un par de copas, se le antojaba encender un cigarrillo de esos que continuamente proclamaba estar dejando.
Siempre se había considerado un ejemplar de una especie en extinción: pocos lo echarían de menos hasta que, una vez extinto, se lamentasen de no haber hecho lo posible no ya por protegerlo, sino por haber disfrutado más de su existencia.
La realidad era bien distinta. Aunque algunas peculiaridades hacían que fuese "distinto", con unas comillas que demuestran los múltiples matices que contiene esa palabra, a grandes rasgos no había nada tan atrayente de su persona como para que quisieran tenerlo a su lado tanto como fuese posible.
Y sí, claro, hablo de mujeres.
Porque dentro de una vida bastante cómoda, el mayor inconveniente que le encontraba a la misma era saberse casi irremediablemente soltero.
No dejaba de intentarlo, de todas las formas que se os ocurran: amigas de amigas, páginas de búsqueda de pareja, aplicaciones de ligoteo, grupos de solteros en redes sociales...
Su situación resultaba extraña, o al menos inusual. Ninguna razón aparente le hacía especialmente desagradable o rechazable. Podría describiros una serie de características positivas que le hacían perfectamente compatible con cualquier mujer, pero sería como hacer una lista de la compra para llegar al supermercado y terminar echando al carro más cosas de las que habías apuntado.
Contactaba con tantas mujeres como su tiempo libre le permitía. Varios frentes abiertos en cada momento, sin descuidar ninguno.
Cada uno de ellos parecía funcionar bien, por lo menos al principio. Hablaba de cada una de ellas con la boca llena de halagos y la convicción de que "esta sí" según sus propias palabras. Aunque podría achacársele el que lo intentaba demasiado fuerte igualmente se podría decir que, cuando la situación lo necesitaba, sabía contenerse.
Sin embargo, indefectiblemente, llegaban los silencios y el vacío.
Y con esto volvemos al principio, a ese temor que le embargaba y le desquiciaba.
Y ahí sí es cuando la cagaba. Iba más allá de lo que las reglas no escritas dictan para dos personas que se están conociendo. Mostraba sus cartas, prácticamente las rendía, con la facilidad del que se siente abandonado y se arriesga con un movimiento suicida.
Las asustaba. Usaba términos demasiado profundos como para parecer ciertos aunque en realidad lo fueran. O quizá, en su engaño, terminaba creyéndose unos sentimientos inventados con los que trataba de retenerlas como un actor absorbido por su personaje.


Saludos

viernes, 2 de enero de 2015

El cartel (Relato)

Trabajaba en la oficina de una gran empresa, dentro de uno de esos cubículos de paneles movibles. Siempre creyó que era cosa de las películas americanas, hasta que entró en esta empresa y se dio de bruces con esas paredes grises, tan débiles como efectivas a la hora de evitar ratos improductivos de charla con los compañeros contiguos, tan inaccesibles como los que se encontrasen sentados al otro lado de la sala.
Rodeado por tres paredes, el cuarto lado del cuadrilátero no dejaba una vista a la que valiera la pena llamar vista. Otra pared, en este caso parte del edificio, en un tono de gris algo más claro, suponía que por aquello de crear contraste y ganar algo de luminosidad.
Con este panorama, acudir al trabajo era como un tercer grado salvo que, en lugar de acudir a la cárcel para dormir, pasaba la mañana cumpliendo una pena remunerada.
Una mañana, en parte algo cambió. En esa pared antes vacía, justo frente a su escritorio, habían colgado un cartel de la campaña publicitaria de uno de los productos que su empresa ofrecía. La gente de marketing argumentó que era una manera de que los trabajadores conocieran a fondo la compañía y formasen parte de ella: conocer sus productos y su imagen era implicarse. Él imaginó una explicación más prosaica: la manera más fácil y barata de llenar una pared vacía es con la publicidad sobrante de tu propia compañía.
Los carteles con sus imágenes iban sucediéndose hasta convertirse en una rutina temporal más, como el cobro de la nómina o las tartas de cumpleaños baratas de los trabajadores más veteranos.
Pero, de nuevo, un cambio.
Una cara agradable le saludaba desde el marco. Una joven, aproximadamente de su edad, hacía alguna tarea del hogar en una cocina luminosa y amplia. Vestía ropa cómoda y adecuada para su figura, una amplia sonrisa llenaba su cara y era guapa, realmente guapa, de ese tipo de belleza que, sin destacar ni llamar la atención, una vez que te has fijado no puedes dejar de ver ni comprender como no es obvia para el resto del mundo. La campaña publicitaria, si es que eso importaba, era de un seguro para el hogar.
Cada vez que levantaba la cabeza de su trabajo la veía, siempre sonriendo. Parecía que sonriéndole, insuflándole ánimos desde el silencio, Ya queda menos para terminar el día, El fin de semana se acerca, etcétera.
Se imaginaba cómo sería esa chica, y la dibujaba perfecta en su mente, idealizada. Se veía conociéndola, pasando tiempo con ella para, finalmente, terminar viviendo juntos en esa cocina de la que imaginaba sería una casa espaciosa: la representación de una vida de ensueño.
Pero los cambios, bandazos del destino con más fuerza que la que nos agarra al suelo, suceden también en sentido contrario.
El cartel, en su rotación prefijada, desapareció.
Podría haberse paseado por la oficina, comprobar si la habían cambiado de ubicación; si ahora alegraba la mañana de algún compañero que quizá, estúpido de él, ni siquiera se había fijado en ella.
Pero prefirió despedirse, dejarlo estar. Aquello no habría sido sano: era sólo un cartel.
Habría sido otra historia distinta con una chica de verdad, y eso era lo que realmente importaba.


Saludos