domingo, 8 de marzo de 2015

El último texto

Si este fuera mi último texto no os daríais cuenta. No habría nada especial, ni agradecimientos ni despedidas. Ninguna palabra grandilocuente, ningún discurso de retirada. Escribiría algo sobre la constante soledad, algo violento con sangre y fuego, alguna historia de amores (no) correspondidos o de ilusiones deshechas, un puñado de frases surrealistas arrancadas como jirones de otra realidad. Sería algo habitual, típico: mis lugares comunes.
Si este fuera mi último texto habría algún mensaje cifrado que, quizá, solo tú pudieras desentrañar, porque nadie más dio muestras de tener una mente inquieta. Tú serías la inspiración, la causa y la destinataria de ese mensaje, un ente superior al que dirigir unas últimas plegarias aunque estas se perdiesen como una letanía murmurada en una lengua muerta.
Si este fuera mi último texto terminaría como cualquiera de los otros, con un despedida neutra, una solo palabra que no causase impacto ni perdurase en el recuerdo. Simplemente desaparecer en el horizonte de lo común. Otro escritor fracasado.


Saludos

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