jueves, 7 de marzo de 2013

Incompatibilidad

Imposible. Escuchar banalidades y pretender escribir algo medianamente trascendente son dos hechos que, si coinciden en el tiempo, son incompatibles.
Pero hay que intentarlo, aislarse con los auriculares y la música más alta de lo médicamente recomendado.
No parece funcionar, aunque esta especie de crónica en directo va avanzando.
Intentas concentrar la mente en tus palabras, pero se va con la voz contigua, más incluso que con la música.
Tampoco hay mucho más que pueda hacer. Después de un día entero en Internet tienes la sensación de que no hay nada nuevo bajo el sol. Un sol que, por cierto, brilla por su ausencia en el exterior.
Mis dedos tamborilean en la mesa. Un gesto inútil y sin sentido, como tocar el claxon en un atasco.
La conversación termina y escucho mi música a través de los altavoces, lo suficientemente alta como para compensar este rato.
Ya no hay razón de ser para esta crónica. La incompatibilidad desaparece por hoy, pero con la promesa de volver a repetirse sucesivamente en días venideros.

Esta vez el contexto se ha dejado ver diáfano y evidente.


Saludos

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