viernes, 4 de septiembre de 2009

Todo esto

Siento que, una vez más, he dejado cosas por hacer. Y no cosas que solo me incumbiesen a mi, sino que había otra persona implicada. Así que siento que he podido decepcionarla. Y me jode.
Tengo la sensación de que esperaba algo que no he sabido, no he podido o no he querido darle. Aunque vuelve a ser una cuestión de agallas: no he sido capaz de darle lo que creo que esperaba.
Pero tampoco puedo evitar pensar que esto no es más que otro cuento de la lechera, un castillo construido en el aire con unos cimientos basados en, llamémosle, una esperanza sin sentido.
Objetivamente podría haber salido de dudas. ¿Cómo? Actuando. Quizá bastaba con preguntar. Volvemos a el no ya lo tienes. No es una cuestión de desconocimiento de las posibilidades, es una cuestión de cómo afrontar la posibilidad negativa.
En mi defensa diré que existía algo que me dificultaba el intentar dar cualquier paso. La palabra distancia se me aparecía constantemente en la mente en enormes y brillantes letras de neón. ¿Sería capaz de soportar la distancia en caso de tener que soportarla?
Ahora solo queda un poso de soledad, un desconocimiento de lo que podría haber sido, una gran interrogante de lo que podrá ser y una sensación de estupidez semejante a la que se te queda después de habar recibido la mayor colleja de tu vida mientras juegas a un mosca y no sabes cual de las personas que te han hecho el pasillo te ha golpeado.
Creo haber arruinado algo intangible. Espero que no. Pediría perdón si fuese así. Me daría de tortas si fuese así.
Pero lo que no puedo evitar es estar decepcionado conmigo mismo.

Saludos

1 comentario:

Hitch dijo...

Tú siempre estás al pie del cañón y mantenerse ahí no es fácil. Bueno qué te voy a conta que tú no sepas.
Un abrazo