domingo, 25 de abril de 2010

Recordando: Sigue corriendo (Relato)

Tenía que llegar. Sabía que era necesario llegar. Así que heché a correr. A correr como nunca antes había corrido. Sería la carrera de mi vida, no por su importancia, sino porque literalmente iba a decidir mi vida. Designaría mi futuro, la dirección que iba a tomar mi destino. Me lo jugaba todo a cara o cruz: si llegaba, ganaría; si por el contrario me quedaba por el camino, habría que ver qué desagradables consecuencias me depararía el azar.
Estaba corriendo lo más rápido que podía y conforme lo iba haciendo me daba cuenta de la rápida decadencia de mi forma física. Perdí el ritmo de la respiración. Recuerdo que en el colegio te enseñaban que había que inspirar por la nariz y espirar por la boca. En esos momentos las enseñanzas se desvanecieron. Respiraba como podía, desacompasadamente, siempre por la boca. Nada bueno. Pero tenía que seguir corriendo.
Corrí por sitios que ni siquiera recuerdo, esquivando gente a la que no me daba tiempo a reconocer. Pero tenía que seguir corriendo.
Sudor frío, goteando por mi espalda, empapando mi camiseta. Notaba los latidos de mi corazón en los oídos y martilleando en mis sienes, cada vez más fuertes, cada vez más rápidos, cada vez más dolorosos. Pero tenía que seguir corriendo.
De repente, dolor en el estómago. Eso que llaman flato. Hacía tiempo que no me ocurría, el mismo tiempo que hacía que perdí el hábito del deporte. Fue como un pinzamiento, como si alguien me estuviese estrujando el hígado con sus propias manos. Además noté que mi garganta sabía a sangre. Estaba seca y dolorida por la mala respiración. Pero tenía que seguir corriendo.
Y cuando llegué, ya no estaba allí. Nunca supe si se acababa de marchar, si se había ido hacía ya tiempo o si ni siquiera había estado allí nunca.
Ahora, con el tiempo pasado no recuerdo cual era mi objetivo, hacia qué corría. No recuerdo si era una mujer, un poder, una ambición, un sueño extravagante. No lo consigo recordar. Supongo que, en realidad, no importa fuese lo que fuese.
En lo que ahora pienso es en todo lo que me tuve que perder por ir demasiado rápido.


Saludos

No hay comentarios: