domingo, 17 de abril de 2011

Vi pasar una estrella fugaz

Nada que hacer que no parezca desesperado. O, desde mi punto de vista, inútil. Como correr por el andén junto a un tren en marcha: desesperado, inútil, quizá romántico pero, a fin de cuentas, dentro del tren va una persona que ha decidido irse. En vez de quedarse contigo su elección fue montarse en el tren y alejarse. Creo que está bastante clara la cosa.
Aunque hacer un brindis al sol siempre es tentador. Por definición inútil, pero tentador. Sólo la satisfacción personal de haberlo hecho, que en realidad debería ser bastante. La cabeza alta y una sonrisa en la cara por haber hecho todo lo posible, por haber dado todo lo posible.
Sé lo que alguien me dirá: da algo de tiempo. Estamos de acuerdo. Es la jugada más lógica, probablemente la única con la que conseguir algo positivo. Pero una sensación ronda por mi cabeza: mejor actuar ya y que el resultado sea negativo a que pase el tiempo y que pueda pasar algo positivo. No hay ninguna prueba, nada se demuestra dejando pasar el tiempo.
Sin embargo esa persona sigue montada en el tren, que ya sólo es un punto perdiéndose en la lejanía. Y si sigue pasando el tiempo, la única prueba de que aquí hubo un tren detrás del que corriste será la vibración de los raíles...

Un anciano lee el periódico. Mientras pasa las hojas un nombre llama su atención. Una esquela: sus hijos, nietos y familiares y demás. En su memoria un tren, una estación, una sensación de abandono, recuerdos de lo no vivido. Una historia más...

Al menos me vale para escribir. Suficiente.

Saludos

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