lunes, 11 de abril de 2011

Impasible (Relato)

-No te preocupes por mí. Nunca lo hagas.
-Pero, ¿estarás bien?
-Eso no puedo saberlo. Y sigues preocupándote por mí.

Desde que le conocí su actitud no había cambiado ni un ápice.
Siempre esas contestaciones lúcidamente pesimistas, llenas de un resignado sentido común.
El mismo tono de voz para decirte que su novia había roto con él que para aceptar tu invitación a tomar unas copas. Eso si eras uno de los pocos privilegiados a los que les contaba "sus cosas" y podías comparar ambos tonos.
Las palabras medidas y la expresividad bajo llave.
Parecía tener cuentas pendientes con el resto del mundo y total carencia de ganas de saldarlas.

Un gran tío.

Siempre he pensado en él como la compañía perfecta para caminar hasta el infierno.


Saludos

Especial dedicación para aquel que cree que su vida se ha acabado (otra vez) y, en realidad, no ha hecho más que empezar (otra vez).

4 comentarios:

Javi dijo...

Dale un abrazo de mi parte!

Anónimo dijo...

TE QUIERO HERMANO!!!

Anónimo dijo...

GRACIAS POR TODO, SIEMPRE!

Rafa dijo...

Lo que mas me fascina de este blog es lo mucho que dices escribiendo tan poco... ole tu, luego te voy a hacer una llamadita por cierto...