domingo, 5 de mayo de 2013

Oración 11

Quiero terminar lo que parece haber comenzado. No es algo tan extraño. Nada está completo hasta que se acaba.
Me río porque, tal y como empieza, el camino va a ser tortuoso.
Como en cualquier guerra, esquivas balas esperando que alguna de las tuyas acierte.
Tras un mes prolíficamente febril, todo hace prever uno más calmado. Aunque esto es como el viento, va por rachas.
Horas de descanso y espera. El vasto Internet ante ti.
Tener en común el bailar sin motivo (y sin música) debe significar algo.
A veces el cerebro entra en suspensión y eso es un día echado por alto. Improductivo y soporífero.
Al contrario que siendo un peón en el ajedrez, aquí si agotas tus movimientos y llegas hasta el final del tablero no evolucionas a algo mejor, simplemente no hay nada más que puedas hacer.
Una lista de reproducción infinita sería más que suficiente.
Si no entiendes el juego, imagina jugarlo en otro idioma.
Saltando de ventana en ventana como si eso acelerase las respuestas. Como el que aprieta varias veces el botón del ascensor esperando que se mueva más rápido.
En busca de esa gran frase que todo texto debe tener.
Las mil veces que me he equivocado...


Saludos

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