domingo, 30 de junio de 2013

Lluvia

Esos momentos en los que escupir no es suficiente. Las ideas, los sentimientos, se acumulan y se atoran hasta no poder salir. La única terapia es plasmarlos negro sobre blanco.
La lluvia, purificadora, ayuda. Limpia y acompaña un estado que, no por inesperado, deja de arañar.
Cada no es doloroso, a veces siendo inmerecido e indeseado. Situaciones que no controlas y que todos los interesados querrían cambiar pero no se atreven.
Pero entonces caminas bajo la lluvia, y la música (siempre la música) te recuerdan que nada es tan doloroso ni tan triste; que aunque no aprendas, recordarás; y que mañana, seguramente no más brillante ni más soleado, seguirás siendo la persona orgullosa de ser como eres que siempre has sido.

La sonrisa con la que releo lo escrito se convierte en un bostezo.
Otras tres c's: contento, cansado y consciente.

Un día después no llueve y la sonrisa no se borra de mi cara. Para bien o para mal, todo está hecho. Marcharé de aquí con más cosas de las que llegué. También quizá mejor, quizá distinto de como llegué.

Siempre me gustará la lluvia...


Saludos

No hay comentarios: