sábado, 1 de junio de 2013

A una botella abrazado (Relato)

Hacía tiempo que la botella de whisky era su más fiel compañía. En realidad era su única compañía.
Deambulaba por su casa siempre abrazado a ella, temeroso quizá de que también ella fuese a fallarle. Una vida llena de decepciones y sinsabores.
No conseguía recordar la última vez que su esfuerzo le había recompensado con aquello que intentaba (o deseaba) conseguir.
Se había sentido defraudado por tanta gente que, al final, terminó por rehuir a toda persona que había conocido o conocía. Su esperanza en el ser humano se había agotado hasta tal punto que se consideraba a sí mismo tan prescindible como cualquier otra persona.
Por eso sólo bebía y bebía.
Dejaba pasar el tiempo entre trago y trago, en todo momento aturdido, narcotizado. Días copias unos de otros. Una borrosa sucesión de día y noche.
No intentaba matarse: lo consideraba una salida cobarde. Simplemente se había cansado de vivir, por sí mismo, por el resto del mundo, y como penitencia y expiación, se dejaba ir.
No estaba triste ni deprimido. Estaba decepcionado y aburrido.
Ya todo daba igual. Había tomado las riendas de su destino, aunque ese destino fuese una caída libre oscura y depresiva.
El epílogo perfecto a una mala historia...


Saludos

No hay comentarios: