lunes, 2 de febrero de 2009

Fe

Nunca he sido una persona religiosa. Supongo que es parte de la educación que recibí. Tampoco ha sucedido ningún acontecimiento milagroso que me haya hecho cambiar de opinión. Sin embargo mi relación con la religión ha sido curiosa.
Con 11 años entré en un colegio concertado para cursar E.S.O. y Bachiller. El caso es que ese colegio, sin ser de los que coloquialmente llamamos de monjas o de curas, si que tiene cierta raíz religiosa (de hecho su nombre es el de un Papa) Pues allí llego yo, nuevo, sin conocer y creyendo que era obligatorio cursar la asignatura de Religión (luego me enteré de que era optativo sustituirla por Ética) Como podréis imaginar, al comienzo y al final de cada clase de Religión rezábamos un padrenuestro, todos juntos, yo incluido, que con esa edad lo más religioso que había hecho en mi vida era acudir a ceremonias como bodas y bautizos o visitar iglesias y catedrales. Os preguntaréis por qué cuando me enteré que podía cursar Ética no me cambié. Sucedía que la profesora de Religión era una de esas mujeres con aspecto de monja de vocación pero que no lo era, como si dijéramos una beata. Alumnos más veteranos que yo me contaron el interrogatorio pro-religión que tuvo que soportar un antiguo alumno que vivió una situación idéntica a la mía. Así que entre soportar un interrogatorio y vivir seis años una mentira de cara a esa profesora elegí lo segundo.
Con todo esto puede que penséis que soy un activista anti-iglesia o algo parecido. Nada más lejos de mi intención. Esto es simplemente el contexto de mi vida sobre el tema de la religión.
A partir de aquí debo decir que soy muy respetuoso con la gente creyente. De hecho me inspiran una sensación entre admiración y envidia. Admiración porque son capaces de tener confianza plena en algo de lo que es imposible demostrar su existencia. Envidia porque, cuando todo les falla, tienen una fe a la que aferrarse, porque por muy fuerte que uno se considere para salir de los malos momentos no se es omnipotente.
El problema de la religión es la mala prensa que tiene (¿que se ha creado?) Podría entrar en un debate de los hechos positivos (educación gratuita cuando nadie la ofrecía, mantenimiento de bienes culturales, obras sociales...) y negativos (Inquisición, apoyo a dictaduras, rechazo de métodos anticonceptivos...) de las diferentes religiones (fanatismo, extremismo islámico...) pero, en realidad, todas estas cosas no son las religión, estas cosas vienen de las personas que controlan las religiones, son estas personas las que desvirtúan el concepto de religión.
Luego está el lado folclórico de la religión, ese de las romerías, procesiones, encierros, Semana Santa y demás, que si te gustan pues perfecto y si no te gustan son un incordio pero te proporcionan días festivos, así que lo comido por lo servido. Todos contentos.
Personalmente me encuentro cada vez más espiritual en un sentido kármico: la bondad o maldad de mis actos repercutirá en mi vida y en la de los que me rodean. No es que crea ciegamente en esto, pero creo que es una buena filosofía de vida.
Saludos y que Dios (sea el que sea en el que creáis) os bendiga a todos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo llevo mucho tiempo pensando igual que tu, que mis actosrepercutiran en mi vida y la de los que me rodean...

Anónimo dijo...

Icarete vaya engaño lo de la religion, que doble moral... se puede resumir en la frase: "El domingo va a misa y el lunes es peor que Satanás"

Un saludo y suerte con los examenes

Yomismo dijo...

Yo soy más de creer en el destino, y que no somos más que meros actores de un guión.
Saludos.

Anónimo dijo...

Es la primera vez que sale de tí la úñtima frase...

Fon dijo...

Da gusto leer a un no creyente no criticando a la Iglesia, con sinceridad de verdad. Es el deporte nacional criticar a la Iglesia y poca gente va a contracorriente. En los medios constantemente se dinamita el pasado de la Iglesia. No hay una institución con gente perfecta y la Iglesia no es una excepción. Sin embargo aunque quieran explicarlo todo por el dinero y el poder, o por ganar fieles como si fuera una empresa (no tienen otro modo de ver el mundo que la materia) la Iglesia no se mueve por eso. Sería una incoherencia moverse por eso e ir tan contracorriente. Pero sí... entraríamos en un largo debate...
¡un saludo desde VaLenCia!

un creyente