Un nuevo satélite ha pasado cerca de mi mundo y lo ha cambiado todo. Lo que no me aventuro a pronosticar es si seguirá orbitando a mi alrededor o pasará como pasan las estrellas fugaces, efímeras estrellas fugaces...
Lo que parecía ser certeza ahora camina sobre un fino cable, en constante equilibrio, con su anclaje final extrañamente distante, como si nunca se alcanzase a pesar de que es imposible que algo físico e inamovible se separe. Aunque quizá no sea tan inamovible como pensaba.
Quizá todo sea relativo, quizá mi mundo de lógica aquí no sirva de nada.
El tiempo pasa y sigo esperando una frase que ilumine la oscuridad de conocimiento en la que me muevo. Será mejor quedarse quieto, cerrar los ojos (como si en la oscuridad hiciera falta) y rezar porque nada me golpee ni nada se me escape.
Algo pasará...
Saludos
1 comentario:
Paciencia y buena letra
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