Y no pido justificaciones ni excusas (¿quién soy yo para pedir?). Pero sí que echo de menos cierto grado de honestidad (algunos insultarían al concepto denominándolo madurez). Aunque quizá sea un concepto demasiado importante como para rebajarlo al meterlo en este tipo de historias, de "juegos".
No me gusta que el resentimiento escriba estas palabras, pero lo hace. Y lo permito. Y no va a cambiar nada. Y lo sé.
Obvias muestras de indiferencia rozando el desprecio (-Resentimiento, ¿de verdad queremos decir desprecio? -Sí, desprecio)
Sin embargo me resisto a dar carpetazo. Porque sigo sin dudar que seas una buena chica.
Saludos
2 comentarios:
Como diría Shrek "mejor dentro que fuera". Quedarte con esa sensación en el estómago no es bueno, de esas tengo demasiadas y voy quitandomelas poco a poco. A mí me impiden avanzar.
Dicho esto, ahí va mi opinión:
La honestidad la da la confianza, pero hasta llegar a ella la diplomacia y, sobre todo los clichés, mandan.
Un abrazo
Te lo dice el que estuvo casi 2 años detras de una de las tías más tontas que ha parido madre...
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