sábado, 11 de enero de 2014

Hay

Nada que decir, pero una sensación de necesidad de escribir.
Aunque en realidad sí hay cosas que decir; tantas cosas pendientes por decir, pero no aquí, no ahora. Ni el sitio adecuado ni la audiencia concreta. Algo que sí gritaría en la cima de un monte, literalmente, a los cuatro vientos. Lo mismo que susurraría cadenciosamente a unos oídos ávidos por escuchar.
Ningún plan, ninguna estrategia. Las palabras son un regalo que tengo que aprovechar y disfrutar.
Y, a todo volumen, una banda sonora ridículamente adecuada. Unas palabras que ya cité, un momento que se repitió.
No diré nada más. Los silencios hablan por sí mismos.

Saludos

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