jueves, 24 de julio de 2014

Conclusión (suspensiva)

Palabras que sirvieron como punto, nunca final, por supuesto seguido.
Más fáciles de transmitir que de mantener ocultas.
En cualquier caso, necesarias para quedarme en paz.
Estuve extrañamente contento escribiendo las mías, luego leyendo las suyas. Como el que, empapado en su propia sangre aún templada, simplemente desfallece.
Tan especiales como todo lo anterior.
Tan excepcional que ahora me planteo que, seguramente, ha sido de la única manera que debería haber sido.

Y ahora, quizá buscándolo, sin duda sin esperarlo, una nueva historia comienza a formarse...


Saludos

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