viernes, 26 de octubre de 2012

Maridaje

Siempre escucho música mientras escribo (excepto las veces en que no lo hago). Una manera como otra cualquiera de intentar potenciar la creatividad.
Ocasiones como la que me ocupa, escribo mientras escucho música. Una manera como otra cualquiera de pasar el rato.
Escuchar música y escribir. Retroalimentación. Maridaje.
Cuando los dedos, involuntariamente, por falta de ideas, se paran, la música da un paso al frente para indicar el camino a seguir.
Cuando los oídos, siempre atentos, necesitan concentrarse en la canción que suena, los dedos, ahora voluntariamente, se paran, intentando no estorbar en temas ajenos.
La música se filtra e impregna mi escritura en forma de frases prestadas, sensaciones y ritmos. Desgraciadamente mis palabras, en negro sobre blanco, todavía no han servido de inspiración a ningún músico (al menos que yo sepa).

De un tiempo a esta parte junto palabras sin pretensiones, sin objetivos sobre lo que contar y con total flexibilidad.
A veces no sale nada de lo que sentirse orgulloso, pero todo te representa.
Suficiente.


Saludos

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