lunes, 11 de agosto de 2014

Transmutación (Relato)

Cada poro de mi cuerpo, al unísono, excretó una gota de sudor. Lo supe porque pude sentir la dilatación de cada poro y, como si de un alumbramiento se tratase, la expulsión de algo biológico que había sido parte vital de mí; aunque en este caso el agua actuaba como disolvente para multitud de desechos y toxinas acumuladas.
Un sistema involuntario de depuración, necesario para la vida, estaba a punto de llevarse la mía por delante. Como un anfibio demasiado tiempo fuera de su charca, yo necesitaba agua urgentemente. Mi piel, habitualmente turgente por efecto de la hidratación, se volvió seca y agrietada como una piedra pómez. Mis labios se cuartearon como piel vieja e impregnaron mis papilas gustativas de una sangre inusualmente espesa y ferrosa.
Como si hubiese vuelto la cabeza para presenciar la destrucción de Sodoma o hubiese tratado de sostener la mirada a la gorgona Medusa, todo mi cuerpo se petrificaba, convirtiéndome por efecto de una alquimia desconocida en una estatua arenosa con conciencia de sí misma.
Para cuando llegó la lluvia, esta no fue más que una solución tardía. Mi forma corpórea, un escorzo de huida ante un temor primario, comenzó a deshacerse erosionado por cada gota que golpeaba mi estructura.
Gotas que, abandonándome, me asesinaron; gotas que, llegando a mí, me destruían.
Así fue como me convertí en tierra húmeda: un homicidio a nivel celular, un suicidio inconsciente.
Durante eras fui sustrato de innumerables especies de plantas y animales. Albergué y sostuve vida. Animales extintos hollaron con sus garras y pezuñas para luego desaparecer hasta que futuros paleontólogos investigaron en busca de vestigios, para ellos mismos terminar desapareciendo en la única dirección de la existencia.
Solo yo, un elegido de Gaia, transmutado en un ente imperecedero, veo pasar toda creación y evolución sin poder tomar decisiones ni aportar consejos: un mero observador, una deidad impotente.
Testigo de que todo, incluso lo que merecería ser conservado, termina desapareciendo.


Saludos

No hay comentarios: